sábado, 16 de febrero de 2008

Dios te ama



En el principio de los tiempos, el hombre fue creado por Dios. La concepción de la existencia de un ser superior ha estado en la mente del hombre. y empezó llamar a Dios a aquello que iba descubriendo y que era para ellos "fuera de serie"... el Dios del fuego, el Dios sol...
En lo más hondo del hombre, hay algo que no puede llenarse si no es por la presencia del trascendente. No puede ser del todo feliz, si Dios no llena esta dimensión del hombre.
Para muchos esto es desconocido... sólo nos hacemos conscientes cuando se ha tenido la experiencia de Dios. Antes al no conocerlo, no se echa de menos.

2 comentarios:

yolanda dijo...

Realmmente Dios está presente desde toda la eternidad. y esta presencia del trascendente es algo palpable en la historia, pero en cada época, según los signos de los tiempos.
El hombre de hoy, tan absorto en tantas cosas, no es consciente de ello. Aunque nunca se puede generalizar.
Es más Dios está presente y lo podemos sentir en el corazón si nos disponemos a ello. También hago yo una invitación a compartir experiencias. Gracias por su aportación.

Leslie dijo...

Creo que con el tiempo hemos ido perdiendo la capacidad de maravillarnos de los "fuera de serie" que nos rodean. ¿Cuántos de nosotros somos capaces de detenernos a contemplar la belleza de la naturaleza en todo su esplendor, desde algo tan sencillo como el amanecer de cada día o aquellos atardeceres en los que la belleza del rostro de Dios parece reflejarse entre el cielo y la tierra?
Y cuando por un instante salimos de nuestra rutina para observar con ojos asombrados los "fuera de serie" que nuestro Padre Bueno pone al alcance de los ojos, surge de nuestro interior una expresión de asombro que, desde nuestros más remotos antepasados y a través de la memoria genética, llega a nosotros para igual que a ellos, hacernos exclamar simplemente:Dios...
Creo también que la felicidad total, la felicidad que abarca la totalidad de las dimensiones de nuestro ser, pasa, indudablemente, por ese "experimentar a Dios" que va dando sentido a todo lo que somos y hacemos, paso a paso, poco a poco, con la delicadeza propia de Dios, el mismo que Elías supo reconocer como una "suave brisa".
Gracias por este artículo tan acertado.